Borja Iglesias se reencuentra con el gol en El Sadar

Dicen que quien la sigue la consigue, y eso debieron de pensar los béticos en la tarde del domingo, cuando su equipo se jugaba un partido vital en El Sadar. Es cierto que sus goles en las categorías inferiores del Celta, en el Zaragoza, y sobre todo en el Espanyol, fueron la mejor carta de presentación para que Borja Iglesias aterrizase en Heliópolis por 28 millones de euros, siendo el segundo traspaso más caro de la historia del club. Pero desde su llegada a Sevilla, la suerte no ha estado del todo al lado del 'Panda'.

El trabajo incansable del 'Panda' encuentra su premio

Con Rubi en el banquillo, el mismo entrenador que le vio marcar 20 goles defendiendo el escudo del Espanyol (17 en Liga más en tres en Copa del Rey en la temporada 2018-2019), no logró encontrar su mejor versión de cara a la portería rival. Contaba con la confianza total del míster por todo el trabajo que aporta al equipo, gran capacidad de asociación con los centrocampistas y total entrega en tareas defensivas. Pero los tantos no llegaban con tanta regularidad como los miles de béticos que le dieron la bienvenida en el Benito Villamarín en pleno mes de agosto y con unas temperaturas asfixiantes, esperaban. Anotó frente al Levante, otro contra su ex equipo, siendo suyo el primer tanto de aquella tarde en el RCDE Stadium, y también frente a la Real Sociedad; este último, el 19 de enero de 2020.

Estos tres tantos, cuatro asistencias, y su trabajo en la sombra, no han sido suficientes para ganarse un puesto en los esquemas de Manuel Pellegrini, que prefiere optar por Tony Sanabria o Loren Morón en la punta de ataque. Pero Borja Iglesias nunca se rinde, y si entrena como el que más los disparos en cada sesión, tiene que salir al campo a demostrar que es un ratón de área, y que puede rematar cada balón que le llegue como ese '9' que deslumbró en el Espanyol, y así lo hizo en El Sadar, siendo el encargado de abrir la lata.

Con los rumores de su marcha al Celta en calidad de cedido en el próximo mercado de traspasos en pleno auge, en el 72', el ‘Panda’ saltó al campo con la misión de alterar un marcador igualado que no parecía tener intención de moverse, y tan sólo cuatro minutos después, Borja Iglesias cumplió con su cometido. Una contra perfecta del Betis, finalizó con el balón en el área rival, donde recibió Aitor Ruibal de las botas de Nabil Fekir. El canterano bético, con un contrario prácticamente encima, tuvo la sangre fría y la inteligencia para buscar a su compañero, y el de Santiago de Compostela recibió un esférico perfecto, y sólo tuvo que rematar con la derecha para sentir la emoción de volver a marcar un gol casi un año después en partido oficial (anotó frente al Granada en el último duelo de pretemporada). Una celebración repleta de felicidad, pero con un atisbo de rabia, a la altura de sus sensaciones, pero sobre todo, sin olvidar el agradecimiento al '24', que le brindó un pase sublime para que el gallego sólo tuviera que empujar e indicar el camino hacia una victoria que culminó con el primer tanto de Juan Miranda con el primer equipo en el descuento (0-2). Qué importante trabajar día tras día para conseguir un objetivo, sin importar lo que el resto diga. Y si alguien sabe de eso, es el '9' bético, que después de mucho esfuerzo, en El Sadar volvió a sonreír, y volvió a dar una alegría a la hinchada verdiblanca.

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