Álex Moreno se sumó a la causa en el derbi como revulsivo
El Betis de Manuel Pellegrini se caracteriza por su lucha, su entrega, por no bajar los brazos, y también por su fe. Pero si hay algo que le está funcionando a la perfección al ingeniero son los cambios. En el Sánchez-Pizjuán las primeras sustituciones no produjeron el efecto esperado, Joaquín Sánchez tiró de orgullo bético, aunque sin éxito, pero las apariciones de Juanmi Jiménez eran escasas. Eso produjo que el técnico volviera a mirar al banquillo y metiera más hombres de refresco en el campo. En el 77', William Carvalho entró para aportar músculo en el centro del campo, y Álex Moreno para detener posibles subidas de Jesús Navas y Lucas Ocampos, pero también como revulsivo en ataque, para tratar de aprovechar su velocidad y desborde.
Álex Moreno, revulsivo para la banda izquierda en el derbi
Álex Moreno, antes del derbi, acumulaba cuatro partidos sin disputar ni un minuto, pero esta circunstancia no significa que Pellegrini no sea consciente de sus cualidades futbolísticas. Un jugador con gran capacidad para recuperar balones, para encarar en el uno contra uno, con regate, desborde, y una potencia abismal para llegar a cualquier jugada o comenzarla, sólo puede beneficiar al Betis con su presencia en el terreno de juego. En el tiempo que estuvo sobre el césped del Sánchez-Pizjuán, no pudo rescatar un punto para su equipo, pero se entregó en tareas ofensivas y defensivas al 100%, llevándose incluso una amarilla muy rigurosa tras un lance con Lucas Ocampos.
Más allá de sus ganas de volver a sentir el fútbol desde dentro, incluso haciendo de recogepelotas para evitar perder tiempo, recorrió la banda izquierda del Sánchez-Pizjuán a sus anchas. Rescató alguna posesión para su equipo y evitó ataques sevillistas, pero aún fue mucho más solvente en tareas ofensivas. Con su velocidad se marchó en varias ocasiones de sus oponentes, llegando a línea de fondo para centrar, incluso provocando córners que el Betis no pudo aprovechar, pero que podían haber cambiado el partido.
Sus centros no encontraron rematador dentro del área, pero iban cargados de peligro. Cuando no tenía el balón en sus pies, se ofrecía para buscar la mejor jugada para empatar el encuentro, intentando el pase perfecto, o incluso vigilando su posición para atreverse a rematar, pero no tuvo ocasión para hacerlo, aunque por poco no llegó a hacer suyo un disparo de Nabil Fekir en el tiempo de descuento, y que pudo haberse colado hasta el fondo de las mallas de la portería sevillista. Álex Moreno, en los 13' reglamentarios que estuvo sobre el césped, más el añadido, volvió a demostrar que es una auténtica bala por la banda, y un excelente puñal en ataque; además, su solidaridad y buena colocación en defensa, hacen de él un jugador que siempre suma en todas las facetas.
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