El debut soñado de Kike Hermoso con el Betis
En la convocatoria del Betis para desplazarse a Pamplona, hubo un nombre que no sorprendió debido a la falta de centrales, pero sí ilusionó por reafirmar la confianza de Manuel Pellegrini en la cantera. El joven Kike Hermoso estaba en la lista de convocados, y cuando muchos pensaban que el ingeniero retrasaría a uno de los jugadores habituales al eje de la zaga, el plan del chileno fue tan claro como arriesgado, y le brindó al ex del Huesca la responsabilidad de debutar en Primera División con la elástica verdiblanca en El Sadar.
Kike Hermoso, personalidad y contundencia en su debut en Primera División
Kike Hermoso, lejos de ponerse nervioso, saltó al césped como si jugar en la élite fuera su rutina, y mostró desde el primer minuto su contundencia. Su altura, 1,90 metros, podía ser fundamental a la hora de defender en el juego aéreo, o incluso para marcar la diferencia en las jugadas a balón parado que pudiera tener el Betis a su favor. Y precisamente en una de estas acciones, él mismo inauguró el marcador, no con la testa, pero sí con una templanza al alcance de muy pocos el día de su debut. Tras varios rechaces dentro del área, el canterano estuvo en el lugar perfecto para enganchar el esférico de primeras y chutar a placer para batir a Sergio Herrera y poner el 0-1 en el marcador.
Además de tener la personalidad para inaugurar el marcador en un día tan especial, hizo gala de su buen saque de balón desde atrás, combinando a la perfección con el compañero mejor colocado. Atentísimo al corte, y contundente a la hora de despejar, su presencia fue fundamental para que Osasuna apenas creara ocasiones de gol, por lo que Kike Hermoso ayudó a su equipo en todas las facetas.
Después de hacer la pretemporada con el primer equipo, Manuel Pellegrini demostró su confianza en él, y Kike Hermoso respondió con creces, pidiendo a gritos más minutos en Primera División después de participar activamente en la victoria verdiblanca (1-3). Se estrenó en la defensa junto a un incisivo Martín Montoya, un onmipresente Edgar González y un atentísimo Álex Moreno.
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