Álex Moreno revoluciona el Ludogorets Arena
El Betis jugaba su penúltimo partido de la fase de grupos de Europa League en el Ludogorets Arena. Un empate era suficiente para asegurarse la primera plaza y el pase a octavos de final, pero los de Manuel Pellegrini siempre salen a ganar, y después de 45 minutos muy planos y donde el equipo sufrió por momentos, el ingeniero tocó la tecla clave, los cambios. Nabil Fekir y Álex Moreno saltaron al terreno de juego tras el descanso, precisamente dos de los protagonistas en el único gol del encuentro (0-1).
Álex Moreno fue el pulmón del Betis en el Ludogorets Arena
Álex Moreno ofreció peligro desde el pitido del árbitro, aportando múltiples soluciones, creando buenas transiciones por banda y aprovechando cada espacio que dejaba libre el Ludogorets, y si no había hueco, él lo buscaba con recursos técnicos muy agradables para el espectador, como regates o cambios de ritmo. Forzó muchos saques de banda para ganar metros, y precisamente así llegó la diana que movió el marcador. Se paró unos segundos, visualizó la jugada, puso el esférico hacia el área, y Luiz Henrique, en el lugar exacto, le dio una tremenda asistencia a Fekir enviando la pelota por encima de la defensa, para que el francés rematara a placer y asegurar el pase del Betis a los octavos de final de la Europa League.
La entrada al césped de Álex Moreno no solo supuso revolucionar el partido en ataque, echándose esa tarea a la espalda, y recibiendo múltiples entradas cuando los jugadores del Ludogorets no eran capaces de pararle, también salió con la intención de ser un muro en defensa, actuando por la zona donde el equipo búlgaro buscaba inquietar con mucho peligro en la primera mitad. Rápido, contundente y seguro en cada acción, no dejaba pasar a los contrarios por su lado, y utilizaba cada recuperación o despeje para transmitir tranquilidad, calma o iniciar contragolpes.
Álex Moreno siempre marca la diferencia, y un día más lo ha demostrado, saliendo en esta ocasión desde el banquillo, porque la idea inicial era que descansara para llegar fresco a la cita ante la Real Sociedad. Es un jugador diferencial, un atacante nato, un defensa comprometido y solidario, y también un efectivo incansable durante 90 minutos; el balón es su meta y lo persigue hasta que no puede más. Portar el escudo de las trece barras nunca le pesa, ni en Liga, ni en Europa League, ni en ninguna competición. Igual que tampoco le quedaría grande enfundarse la elástica de la Selección Española. Si recibiera esa llamada tan esperada como merecida, estaría a la altura de las expectativas, e incluso las superaría, porque lleva más de un año siendo uno de los mejores laterales izquierdos a nivel europeo. Incombustible.
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